

Reías, burlón, porque dije
que echaba de menos un abrazo
fortísimo y dulce a la vez.
Porque te cité con el imperativo
del verbo ir en la esquina del ayer
Porque distingo ve de ves.
Ya intenté explicar, también,
qué belleza encierra
el punto de inflexión
mi concavidad de mujer
con tu mente convexa.
Que el infinito incontable
de tus intervalos cerrados
puede quedarse en nada frente a mi luz.
Tal vez no sea simple entender
que las palabras son tan bellas
como esos números que nacen
- de naturales a complejos -
en eternidad sin límite.
Podría obviar tu gesto de desdén
ante mi gusto por la ortografía
o tu apatía algebraica.
Mas nunca comprenderé
que me reprochases el espacio
que mis libros ocuparon en la estantería
y tus palabras cuando te dije:
“he escrito un poema”.
Y tu respuesta, girando la cabeza:
“menuda tontería”.
(Sí, sí...el título tiene una falta de ortografía...
creía que se entendía la ironía...jajaja...)