Ayer, 27 de mayo de 2011, en Barcelona, quisieron desalojar a los Indignados de la Plaza de Catalunya, “por higiene”, y, para que esta noche –si llega el caso- el Barça pudiese celebrar su triunfo europeo, muchísimo más importante, sin duda, que el reclamo que hace el movimiento del 15 de mayo:
Es decir, hay que desalojar a los pacíficos para que algunos violentos puedan hacer uso y disfrute de su derecho.
Las imágenes que se sucedían me hicieron volver a tiempos que creía enterrados. Los grises han cambiado de color, pero siguen aquí.
Quiero expresar en voz alta el orgullo que siento por la actuación de los acampados en Barcelona (y en el resto de España) que devolvieron flores a las balas. Y no es una metáfora.
Los “cuatro mugrientos rastosos” dejaron claro, y se ve en estas imágenes, que son gente de toda edad y condición, pacíficos, con un sueño claro por cumplir y con la fuerza necesaria para ello. Son, somos, los indignados de toda España.
Esta es una entrada bien diferente a lo habitual en mi blog. Me han propuesto algo que no he podido rechazar por dos motivos. Uno, porque se trata de otra de mis pasiones, el cine. Y dos, porque Midas y Caín, de los blogs EXQUISITECES y VULGARIDADES, son muy especiales para mí. Sé que no voy a llegar a la suela de sus zapatos en esto, porque han hecho unas entradas realmente espectaculares, sobre todo Midas (lo siento Caín, pero tu cine y el mío solo han encontrado intersección común en una de las elecciones, con l y no con r ...jajajaja).
Bueno, pues se trata de rescatar de la memoria alguna de las escenas de alguna de las películas de nuestra vida. Lo cual es tarea harto difícil, porque hay cientos y cientos. Ahora mismo, mientras escribo estas palabras, ya con mi selección hecha, me llegan a la mente otras muchas que deberían estar aquí. Pero esta va a ser una entrada un tanto anárquica y me voy a dejar llevar por los primeros impulsos. También he de decir que los nombres de "mejor escena de..." no van a ser los comunes, las voy a re-bautizar. Además, soy poeta. Soy mujer. Soy cincuentona. Son MIS películas.
Vamos a ello.
MEJOR ESCENA DE ACCIÓN FEMENINA
(dedicada con cariño a mi amiga Rocío, de Méjico: TOWANDAAAAA). Toda la película es genial. Es una de mis preferidas. La historia de la lucha y de la fortaleza que demuestran sus protagonistas femeninas en dos épocas bien marcadas, tiene en esta escena un punto de rebelión que me encanta.
Tomates verdes fritos
MEJOR ESCENA DE TERROR
Durante años, esta película de 1979, de mis diecinueve años, me aterró por las noches. Ese caminar lento casi levitando del gigantesco fantasma, esa música repetitiva, madre mía, qué miedo me hizo pasar. Luego fue una escalada de películas de terror, de zombies, de Viernes 13 (que ya deben ir por la 381), etc. pero esta película me impactó. (He sido incapaz de encontrar algo más que el trailer).
Fantasma
MEJOR ESCENA DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
Casi todas mis escenas favoritas están marcadas por la música. Tanto en las películas de miedo, como en las de amor, como en esta película tan antibélica y tan ... bella.
Esta escena es espectacularmente hermosa. Y se la dedico a Noray, con todo mi cariño, porque sé que le gusta Barcarolle.
La vida es bella
MEJOR ESCENA DE AMOR
Qué mejor historia de amor que aquella que permanece durante toda la vida y sabe enfrentarse a los contratiempos y trampas de la vida. Incluso al "olvido". Maldito Alzheimer.
El diario de Noah
MEJOR ESCENA MUSICAL
Para ir intercalando y no ponernos tristones, ahora voy a poner una escena que siempre me ha parecido musicalmente divertida. La película es bastante tontorrona, pero esta escena es de un absurdo surrealismo que me encanta.
Bitelchus
MEJOR ESCENA SORPRESA
Me encantan las películas de dibujos animados. Y algunas son algo fuera de serie. Esta película fue una verdadera sorpresa toda ella, pero esta escena, con esa princesa tan hermosa y tan delicada, paseando por el bosque, cantando dulcemente...
Sherk
MEJOR ESCENA HISTÓRICA
Ufff...aquí he dudado un montón entre esta escena y la final de la película, pero, para no abusar de las canciones, vamos con una de romanos... Qué buenos fueron los Monty Python!!!
La vida de Brian
MEJOR BANDA SONORA
Bueno, esto ya es la decisión más difícil. Pero tengo una película guardada en mi corazón...y Mozart, es la MÚSICA. Ayyy...ese concierto para clarinete...
Memorias de África
MEJOR ESCENA FINAL
Cualquiera que me conozca un poco, estaría esperando ver esta película. No tiene desperdicio de principio a fin. Pero esta escena final pone la carne de gallina. Ya se sabe, soy poeta. Aunque estoy viva. Oh, capitán, mi capitán. Ya sabes, Jesús...
El club de los poetas muertos
MEJOR ESCENA-POESÍA
Y, para terminar, este blog es esencialmente poesía. Esta película es poesía. Esta escena es poesía. Gracias, Eloy. Esta va por ti.
El lado oscuro del corazón
He de decir que he intentado añadir "la mejor escena erótica" y he buscado intensamente la escena del huevo de la película "EL IMPERIO DE LOS SENTIDOS", pero he fracasado. No la encuentro.
Espero que disfrutéis con la selección y, si alguno quiere seguir el juego, será estupendo ver las vuestras.
Gracias, Midas, por este rato tan estupendo que me has hecho pasar. Y se quedan tantas en la frontera...
¿Qué amor es aquel que solo habla de miradas, de dedos, de piel?
¿El que no habla de montañas rusas o laberintos de sueños, de rutinas dulces de bocas que se rozan en las lindes de un poema, de noches eternas de sofá y caricias en el pelo equilibrando los seísmos de un mundo roto?
Háblame de ese amor que acompaña los insomnios y los instantes en que vivimos lo que siempre sabemos.
Ese amor que baja escaleras y trepa por los robles y crece -perseverante- bajo las sombras que nos cobijan.
Nuestros hijos son hermosos.
Crecieron entre queso y azúcar.
Estudian y juegan
a básquet y al ajedrez.
Son trigo dorado
entre campos de amapolas.
Brillan
en la apatía de las noches
y, luego,
nos los matan en una curva.
Vuestros hijos son hermosos.
No pesan ni veinte kilos
y las moscas
divagan por su piel.
Juegan al fútbol descalzos
y a la guerra
con munición real.
A esos hijos,
los matamos entre todos.
Nos preguntan los poetas de aterradores bigotes,
los académicos polvorientos, afines de las arañas,
los nuevos escritores asalariados,
que suspiran porque la metafísica de los caracoles
les cubra la impudicia:
¿Qué hacéis vosotros de nuestra poesía azucarada y virgen?
¿Qué, del suspiro atroz y los cisnes purísimos?
¿Qué, de la rosa solitaria, del abstracto viento?
¿En qué grupo os clasificaremos?
¿En qué lugar os encasillaremos?
Y no decimos nada.
Y no decimos nada.
Y no decimos nada.
Porque aunque no digamos nada,
los poetas de hoy estamos en un lugar exacto:
estamos
en el lugar en que se no obliga
a establecer el grito.
(Ah, como me dan risa los antiguos poetas
empecinados en vendarse los ojos
y en embadurnar de pétalos y de pajarillos famélicos
la giba del dolor anonadante
que se encarama sólida
encima del hombro positivo universal
desde el primer amanecer y el primer viento,
y que se olvidaron del hombre)
Estamos
en el lugar exacto que la noche precisa
para ascender al alba.
(Muchos poetas inclinaron sus insomnios antiguos
sobre la fácil almohada azul de la tristeza.
Construyeron ciudades y astros y universos
sobre la anatomía mediocre
de un nido de muñecas cristalinas
y exilaron la voz elemental
hasta planos altísimos, desnudos
de la raíz vital y la esperanza.
Pero se olvidaron del hombre.)
Estamos
en el lugar donde se gesta definitivamente
la alegría total que se atará a la tierra.
(Ay, poetas,
¿Cómo pudisteis cantar infamemente
a las abstractas rosas y a la luna bruñida
cuando se caminaba paralelamente al litoral del hambre
y se sentía el alma sepultada
bajo un volcán de látigos y cárceles,
de patrones borrachos y gangrenas
y oscuros desperdicios de vida sin estrellas?
Gritasteis alegría
sobre un hacinamiento de cadáveres,
cantasteis al plumaje regalón
y las ciudades ciegas,
a toda suerte de tísicas amantes;
Pero os olvidasteis del hombre).
Estamos
en el lugar donde comienza el astillero
que va a inundar los mares con sonrisas lanzadas.
(Ay, poetas que os olvidasteis del hombre,
que os olvidasteis
de lo que duelen los calcetines rotos,
que os olvidasteis
del final de los meses de los inquilinos,
que os olvidasteis
del proletario que se quedo en una esquina
con un bostezo eterno inacabado,
lleno de balas y sin sangre,
lleno de hormigas y definitivamente sin pan,
que os olvidasteis
de los niños enfermos sin juguetes,
que os olvidasteis
del modo de tragar de las más negras minas,
que os olvidasteis
de la noche de estreno de las prostitutas,
que os olvidasteis de los choferes de taxi vertiginosos,
de los ferrocarrileros
de los obreros de los andamios,
de las represiones asesinantes
contra el que pide pan
para que no se le mueran de tedio
los dientes en la boca,
que os olvidasteis
de todos los esclavos del mundo,
ay, poetas,
¡como me duelen
vuestras estaturas inútiles!)
Estamos en el lugar en que se encuentra el hombre.
Estamos en el lugar en que se asesina al hombre,
en el lugar
en que los pozos más negros se sumergen en el hombre.
Estamos con el hombre
porque antes muchísimo antes que poetas
somos hombres.
Estamos con el pueblo,
porque antes, muchísimo antes que cotorros alimentados
somos pueblo.
Estamos con una rosa roja entre las manos
arrancada del pecho para ofrecerla al hombre!
¡Estamos con una rosa roja entre las manos
arrancada del pecho para ofrecerla al hombre!
¡Estamos con una rosa roja entre las manos
arrancada del pecho para ofrecerla al Pueblo!
¡Estamos con una rosa roja entre las manos
arrancada del pecho para ofrecerla al Pueblo!
Parte del grupo Poetas sin sofá, en la Feria del Libro de Castellón, acompañando al poeta Marcelo Díaz en la firma de ejemplares de Mapa de Costas
Luis, José Manuel, Amelia, Marcelo, Eloy, Mariajosé, Sole y Tomi
Algún poema de este magnífico poemario (gracias por el trabajo, Eloy):
1
Los años se abrieron hasta un silencio.
Luego, entreabiertos,
escribieron una palabra completa
para nombrar la vida.
La videncia alcanzable de los límites del agua,
el abrazo lineal de la costa
con el flanco visible de las olas tenaces.
Ese beso en confines e ignorados tamaños,
horizontal y leve, se mostró inevitable
y empezó a doler como una belleza que se pierde.
El techo de estrellas
lúbrico y posible todos los días,
redujo su lienzo en mi ventana
y penínsulas perdidas con hiedras de memoria,
que se amputaban con los días,
eran besos virtuales navegantes
donando en silencio
algo más de mí a la nada.
Luego deviene la gratitud conforme,
el minúsculo peso de la savia,
desempañar los vidrios para ver al Hombre,
ensayar aprendiz todas las notas,
sumarse perenne a la orilla que no tiene malditos.
19
Que me mires con los modos de la lluvia,
ese instante de rama que intenta volar
en su quietud de andamio;
que me digas con otras palabras no inventadas
algo inútil para no andar nocturno
y abierto en los ojos espectantes de las albas,
sería la conjunción que espero,
un yugo dulce como ala sobre el hombro.
Y quebrarías esta culminación torcida
que sucede deviniendo en ser y conocerme. 39
En el principio de los días,
el hombre creó a los dioses plurales,
los nombró con sus miedos,
y sublimó sus hoscas cobardías.
Precoces y ávidos guisanderos freudianos
cocinaban una mitología asequible
hasta que a dios lo hicieron uno
una barba soberbia y sin piedad.
Esa conciencia devenida
en caligrafía hermosa de Evangelio,
que posaron después ya cerrado
en estantes sin acceso.
El polvo alumbró una teología enferma
inconexa con el Hombre semejante.
Ceremonia y oro conduciendo a la miseria
para ese pastoreo a los sumisos.
Una secta de célibes pronuncia La Escritura
con el dedo alzado de infundir miedo,
vaciando el hueco religioso sin respeto.
Ante el colapso de los dóciles creyentes,
los pregoneros escapan hurtando la vida.
Fuera del círculo del báculo y la tiara
los buenos brillan en sus ojos,
sus manos dan pan sin comprar cielo,
sienten en su pecho aquel libro guardado
y en silencio pronuncian con su mano lo escrito.
En la emisora de radio de la Universidad Jaume I de Castellón, en el programa Mirall de paper (Espejo de papel), conducido por Manolo Benages, tuvieron a bien comentar sobre los cuadernos que trimestralmente publicamos los miembros del grupo de poesía Poetas sin sofá, de Castellón, al cual pertenezco, y recitaron alguno de los poemas del cuaderno Asofaciados II. Entre los poemas radiados se encuentra Con las cigüeñas y me hace ilusión compartirlo con vosotros. Se puede escuchar, a partir del minuto 50, en el siguiente enlace:
Nuestro querido compañero dePoetas sin sofá y amigoMarcelo Díaz publica su nuevo libro de poesía Mapa de costas(Huerga y Fierro) y, con esa ilusión de compartir este momento, os comunicamos las distintas presentaciones y lecturas que se realizarán en estos días.
En la Librería Argot, de Castellón, calle S. Vicente, el jueves 5 de mayo a las 19 horas, habrá una presentación restringida del libro con la presencia de Poetas sin sofá.
En la Feria del librode Castellón, Plaza de Sta. Clara, el domingo 8 de mayo a las 12 horas.
En la Librería Primado, de Valencia, calle Primado, el lunes 9 de mayo a las 19,30 h. Luego seguirá un recital con Poetas sin sofá en El Dorado, a las 23 horas.
Por gentileza de El laberinto de Ariadna, recitaremos Marcelo y Amelia con ellos, dentro de La semana de la poesía en Barcelona, en la Casa del libro, Paseo de Gracia 62, el día 13 a las 18,30 horas.
Y finalmente, por ahora y hasta el otoño, en la Feria del libro de Vila-real, el sábado 21 de mayo, presentado por el grupo Poetas sin sofá, a las 18 horas. (18-20 h.)
Una muestra de este magnífico poemario:
Los años se abrieron hasta un silencio. Luego, entreabiertos, escribieron una palabra completa para nombrar la vida. La videncia alcanzable de los límites del agua, el abrazo lineal de la costa con el flanco visible de las olas tenaces. Ese beso en confines e ignorados tamaños, horizontal y leve, se mostró inevitable y empezó a doler como una belleza que se pierde. El techo de estrellas lúbrico y posible todos los días, redujo su lienzo en mi ventana y penínsulas perdidas con hiedras de memoria, que se amputaban con los días, eran besos virtuales navegantes donando en silencio algo más de mí a la nada.
Luego deviene la gratitud conforme, el minúsculo peso de la savia, desempañar los vidrios para ver al Hombre, ensayar aprendiz todas las notas, sumarse perenne a la orilla que no tiene malditos.
Marcelo Díaz es autor de los libros de poesía: Poemas de la posesión terrena, Poemas de la posesión debida y Ágora (Madrigal). Continente de auroras y Lindario (Huerga y Fierro). A tiempo, libro conjunto de poesía y escultura (Generalitat Valenciana).
En narrativa, Amarinte (Mayo) (Huerga y Fierro).
En 2008 obtuvo el XXXIX Premio Ciudad de Alcalá con el libro Viaje sin memoria en el que ya se muestra alejado de la denominada poesía de la experiencia como una decisión y compromiso con otro concepto de poesía.
Siente al ser humano como algo trascendente en la existencia y ve la necesidad de defender los valores intrínsecos más nobles y positivos con que nacemos y que son truncados tantas veces especialmente por el mismo hombre.
En Mapa de costas (Huerga y Fierro)expresa una conciencia de los límites de la vida, desde una visión individual, como partida, pero dentro de una visión social de lo que nos rodea. Siempre con una posición positiva y de defensa de las posibilidades del ser humano.