Fotografía: Amelia Díaz |
Me disperso.
Ya no entiendo
la verticalidad de la lluvia
ni la ausencia de ese lienzo
donde enmarcamos la luna.
Recorro las curvas convexas
del hueco de las paredes
buscando la senda antigua
de un tiempo imperfecto.
Somos
los sueños rancios
de los días de sol.
Premoniciones
del gesto cautivo de un jarrón
donde marchitan las rosas.
Ese vacío de ti en mis entrañas.
Si existe un vacío, es que queda algo…
ResponderEliminarBesos.
Siempre me deleito con tus versos.. un placer de verdad visitarte..
ResponderEliminarMe disculpo por mi ausencia de tu espacio.
Un abrazo
Saludos fraternos....
Que disfrutes de un ben fin de semana..
Un poema enorme, muy tuyo, esencial y directo.
ResponderEliminarbesos
Un poema que abre el alma... que dice... que refleja. Me gusta Ame, también la fotografía con que lo acompañas... acertada... ella sola ya habla...
ResponderEliminarUn abrazo amiga.
Que gran poema.
ResponderEliminarEl último verso lo resume entero.
Besos.
Te superas, Amelia. Pero me haces sentirme también como "premonición del gesto cautivo de un jarrón donde marchitan las rosas".
ResponderEliminarUn abrazo
Tu poesía es auténtica Amelia, sincera y potente. Que tremendo placer leerte.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gino.
Qué poema más genial. Tú sí que llenas nuestros vacíos con tus versos!!
ResponderEliminarUn abrazo inmenso
eeee esa foto es del parc de la tête d'or!! :)
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