Azul Mar Eterno

Asómate a mi mar.
Confunde su azul con el cielo.
Mar traquilo y sosegado.
Mar Eterno.

SE BAÑAN EN MI MAR

viernes, 24 de agosto de 2012

DIARIO DE LA ALEGRÍA





Un poco cansada de tanta desesperanza, de tanta tristeza, de tanta crisis, he decidido comenzar un diario que cuente las pequeñas o grandes alegrías de cada día. Esos momentos que, seguro, todos tenemos y, a veces, pasan desapercibidos. Voy a comenzar a escribir mi 
DIARIO DE LA ALEGRÍA.



20 DE AGOSTO DE 2012

Ella pedía limosna, sentada en las escaleras de la catedral. La suave sombra que proyectaba la fachada principal le daba alivio a los treinta grados de primera hora de esa mañana de agosto.
Sus ojos, sombríos, apagados, miraban el suelo extranjero con toda la tristeza del mundo.

Él llegaba sonriendo, con paso decidido y enérgico. Bajaba la calle habitual hacia su puesto de trabajo, agradecido a la vida por tener tanto. En su mano, llevaba el almuerzo: un paquete de rosquilletas y una botellita de yogur líquido.

Entonces la vio.
Se dirigió hacia ella, le tomó la mano, la miró a los ojos sonriendo y le regaló su almuerzo.
Ella sonrío, con el rostro iluminado de repente.

Fueron unos segundos. Seguramente, nadie más que ellos dos y yo, vimos una luz especial en la mañana de agosto.



21 DE AGOSTO DE 2012

Decir que me encanta el mar es una extrema contención. No podría vivir mucho tiempo lejos de él. Y bañarme en el agua templada de mi Mediterráneo, a las siete de la tarde, cuando aún hay sol pero no tanto; cuando aún hay gente, pero no tanta; cuando el mar comienza su leve marea nocturna, es un placer que no se paga con dinero.

Mi hija mayor y yo, hacemos eso alguna tarde. Después de trabajar un rato, bajamos a la playa, tomamos un poquito el sol, paseamos por la orilla y nos damos un chapuzón. 

Son momentos de confidencias y de complicidades que me llenan de felicidad.

Alguna de esas tardes, rematamos el día tomando un Martini en una terraza al lado mismo de la arena, viendo cómo el mar se vuelve gris y se prepara para la hermosa noche mediterránea.
Pequeños lujos que sosiegan el alma y alegran la sonrisa.



22 DE AGOSTO DE 2012


Las tardes de los miércoles son tardes muy especiales. Nos reunimos los poetas de El almadar y compartimos nuestra poesía y la que vamos descubriendo en otros poetas, reconocidos o no. Vernos sentados alrededor de la mesa, escuchar sus poemas, sus abrazos al llegar, convierten el lugar en una isla de magia, sosiego y cariño.

Y hemos conseguido algo nada fácil, un lujo que atesorar: nos escuchamos, nos sugerimos, opinamos, nos corregimos… Con todo el respeto, la humildad y el cariño. Y, así, conseguimos crecer. Crecer como poetas y como personas.

Las tardes de los miércoles son felicidad. Es el viaje y la llegada a la Ítaca soñada.