Claudicaré de estas manos que amordazan
los inútiles suspiros.
No te asuste escuchar
mi voz en la tormenta.
Sé que soy la depositaria
de tus quebrantos
y que te sostengo en pie,
pese a mi derrota.
De eso se trata, ¿no es cierto?
No es sencillo sembrar amapolas
en las orillas del viento.
Tal vez, algún día, cuando regreses,
veas la senda llena de brotes
y te detengas.
O camines conmigo.
me gusta :) pero...yo creo que se detiene
ResponderEliminarCada vez te leo más sosegada, más sabia. Que esos suspiros claudiquen de tus manos, que se queden en ellas estos preciosos poemas. Besos.
ResponderEliminarAinssssss (soy incapaz de comentar)
ResponderEliminarEs precioso.
Besos.
Amapolas tal vez no, pero palabras y versos se dan muy bien en los bordes del viento, como este poema, al filo de todo.
ResponderEliminarGrande tú amiga y linda.
Un beso desde el sur.
Gino.
El titulo contiene ya un una imagen muy sugerente, el resto, crece sin detenerse hasta al final, luego llegaran las decisiones pero ahora, disfruto tu poesía.
ResponderEliminarUn beso enorme, Ame.
Leo