Aprendieron a jugar a un juego macabro,
emanado de una consola futurista.
A esquivar las mareas nocturnas
y despertar
a los albores aún más tenebrosos.
Mi madre lloraba
por tener que comer
patatas día tras día.
Mi padre se escondía los domingos
-huero día de visita-
Sin padre.
Sin madre.
Sin familia.
Sin comida.
Con todo el miedo.
Con todo el frío.
Con las palizas cárdenas
que las monjas bordaban
en el hospicio.
Solo un recuerdo
para un no olvido.
para un no olvido.
Me gusta :-)
ResponderEliminarBesos
La poesía es un epitafio vivo, inscripciones que la vida se empeña en seguir grabando allá donde haya un poco de calor, un poco de humanidad.
ResponderEliminarY en tus versos hay mucha vida Amelia.
Una reflexión me viene a la cabeza después de leerte, y es que el "estado del bienestar" quiso enterrar el recuerdo (recuerdos que nunca tocaba sacar a la luz)... pero ahora los "zombies" les salen respondones por todas partes, y resulta que esos "zombies" están más vivos de lo que los eternos censores creían.
Un abrazo
La memoria hay que dejarla viva y la poesía es su camino.
ResponderEliminarQué bien lo haces Amelia.
Un abrazo sobre estos mares que nos separan.
Gino.
Sentido, sentido juego de palabras que... habría que dejar en el ayer... tal vez.
ResponderEliminarSon realidades que muchos conocemos, no por haberlas vivido desde luego, pero ya no están...
¡A qué traerlas a un presente que no existe!
Se tiende a olvidar... y a no saber, que el pensamiento y el sentimiento es un poder que acaba recreando, de nuevo, lo que se mantiene en ellos...
Un abrazo Ame.
La forma de pasar página precisamente es no olvidar. Y tus niños de la guerra merecen tu homenaje.
ResponderEliminarUn abrazo
Ciertas vivencias no se pueden borrar nunca, Ame, nunca.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte.
Leo
Querida hermana:
ResponderEliminarParece que se cumple el refrán de que donde hay confianza da asco y, por la confianza que nos une, paso demasiadas pocas veces a dejarte comentarios. Perdóname, mi niña.
Tu poesía sigue siendo sublime en todos los sentidos, profunda y certera, sensible y llena de fuerza a la vez.
Me encantó este poema, preciosa. Llega al fondo del fondo del corazón y lo hace tiritar.
Un abrazo gigante.
Te quiero.
a Comio seguro que le encanta :)
ResponderEliminary también la foto es de Lyon, esta vez de las velitas en Fourvière para la fête de la lumière :)
Hola, Amelia. Cómo ves comparto la misma afición a la poesía. Me ha encojido el alma la que he leído. Así es la vida real en otros paises aunque nos duela el corazón. Ojala pudieramos todos cambiar el mundo con nuestras manos, pero es imposible por mucho que nos pese. Recibe un cordial saludo de esta poeta aprendiz.
ResponderEliminarBesos Amelia.