Llegan pájaros perdidos
desde el frío sur
a morar en aljibes
de aguas oscuras.
La noche se calla.
Caricias aladas,
suave silencio.
Noches que inventan
geografías de nidos
y mapas de tiempos.
Y, ahí,
en esa sombra de dulce de leche,
te encuentro eterno entre los versos.
Te encuentro estribo.
Te encuentro, compañero.
(Para Diego, con cariño inmenso. Te quiero)
Qué bonita manera de querer, querer con las palabras.
ResponderEliminarUn abrazo grandote, hermana-amiga-compi.
Es increíble cómo, a pesar de la distancia,
ResponderEliminarmás allá de la inmensidad de las palabras
y ese mar eterno que separa continentes,
los pájaros perdidos supieron encontrar su nido
formado de cálidos versos y música
Y todo gracias a vos.... Eternamente agradecido mi querida Amelia. Te quiero mucho! Luego lo pongo en mi blog para que quede fijo. Besos!!!
Bellísimo guiño, muy dulce poema,
ResponderEliminarun abrazo, gracias por compartir.
Muy, muy hermoso.
ResponderEliminarComo abrazocálidolarguísimo...
Cálidos versos dedicados
ResponderEliminarque no se pierden,
son recogidos con cariño.
Un abrazo Amelia.
Muy hermoso, Ame, sincero, transparente: auténtico.
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte.
Leo
PD: Te lo había comentado ayer, pero veo que blogger no lo mandó... ay!