Una mujer desnuda mira
desde el calendario de la pared
-ya no confía en los espejos-.
Solo cuenta
sucias historias de hienas.
El atardecer borró
los últimos vestigios
de las canciones antiguas.
Cantaba
cuando la lluvia caía
sobre su techo de adobe.
Cantaba, también,
rayos purgantes de sombras.
Se derrumbaron las nubes
y las semillas.
Entre aristas de carbón cristalizado,
desde el calendario de la pared
-ya no confía en los espejos-.
Solo cuenta
sucias historias de hienas.
El atardecer borró
los últimos vestigios
de las canciones antiguas.
Cantaba
cuando la lluvia caía
sobre su techo de adobe.
Cantaba, también,
rayos purgantes de sombras.
Se derrumbaron las nubes
y las semillas.
Entre aristas de carbón cristalizado,
ella,
ya no canta.
Comprometido y valiente poema Ame, me gustó.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gino.
Gracias, Gino.
EliminarVeo que blogger a introducido la opción de respuesta. Ni me había dado cuenta hasta hace nada...jeje...
¡Besos, poeta admirado y querido!
Joé ..se le vino la casa encima? ...llovía porque cantaba o cuando cantaba?....hay que afinar ...
ResponderEliminarbssoss.
Se le vino encima la casa y la vida...como a tantos desahuciados.
EliminarBesos.
La mujer que no canta mirando desde el calendario... me imaginé esos calendarios tipo National Geographic puesto en una oficina pública y los párpados de rimel corrido, propiedad de una secretaria cansada (y casada), observando a esa mujer. La secretaria entre papeles otra mujer que ya no canta,
ResponderEliminarquizás emprendí un vuelo muy libre con tus versos, pero les agradezco mucho; de algún modo ellos me permitieron la travesura.
Un enorme abrazo Amelia.
Me encanta la manera en que un poema mío te hace construir otra historia más allá de la obvia...Eres GRANDE, Juan.
Eliminar(Mi calendario no era de N.G.Era, más bien, de esos de camioneros y talleres mecánicos...pero, vale mejor el tuyo...mucho mejor).
Besos enormes, querido Juan.
Me ha emocionado este poema.
ResponderEliminar¡Gracias!
Besos,salud y poesía.
Gracias,Toni. Creo que llegas desde el Carpe Diem. ¡Bienvenido seas!
EliminarY, sí, siempre SALUD Y POESÍA!!!
¡Cuánto transmite!
ResponderEliminarSolo me queda decir
que el carbón cristalizado
se convierta
de nuevo en canto.
Mil besos
Por desgracia demasiado cantos se ahogan cada día. Un abrazo y buen fin de semana.
ResponderEliminarDesde la primera vez que lo leí, me conquistò, ese modo de decir, de llegar, de denunciar con fuerza y dar voz a ella que ya no canta.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte, querida Amelia.
Leo