Tal vez hubo una noche
sin metáforas ni versos rotos,
de absurdas pieles vencidas
conteniendo las premuras
con lazos de papel.
No recuerdo la loza,
ni el cristal transparente,
ni las velas, ni el incienso,
ni los pétalos de flor.
En la cocina amanecía
un sol de medianoche
cuando tus dedos dibujaron
la herida de mi sexo
y tu grito rompió las fronteras
del pecado intemporal.
Esa miel será alimento
en los días intrascendentes,
cuando mis brazos se extiendan
y no te hallen.
¡Pasional!!!
ResponderEliminarcariños Amelia
Magnifico ese golpe de sabor final,,,la miel,,,da sentido a la pasión inmortal,,,esencia. Me encantó el desborde. Muy bello poema. Gracias puras.
ResponderEliminarEs una preciosura, Ame, imagenes que sugieren todo lo que no esta escrito, que hablan y llevan a esa ausencia pasando por el "intemporal pecado que dibuja tu sexo"
ResponderEliminarMe encanta.
Un abrazo fuerte.
Leo
Tal vez siga habiendo días intrascendentes para los que se necesitan noches como las que tú dices: noches de amaneceres, de romper todas las fronteras de todos los pecados... No sigo.
ResponderEliminarBesos
Un solo y pasional recuerdo participe de nuestra soledad. Un abrazo.
ResponderEliminarPor mas noches de miel y menos días intrascendentes, pero mientras aparezcan días así, es bueno contar con noches dulces :)
ResponderEliminarBesos.
Sin rubor y con pasión, así hay que escribir estos platos tan calientes :)
ResponderEliminarBesos.
Bendita miel guardada en los recuerdos más hermosos.
ResponderEliminarBesos.
Magnífico, realmente.
ResponderEliminarVengo del blog de don Antonio Porpetta. Un abrazo.
Llegué porque... no sé... casualidad buscando lo llamo yo, y te hallé y quise saludarte ocn la alegría de heber leído algo que me dijo "Es poesía"
ResponderEliminarUn abrazo