Estoy sentada delante de la ventana de mi cocina.
Tras de los cristales...llueve y llueve ...
Apenas veo la lluvia porque están empañados. Se está bien aquí dentro.
Del horno emana el aroma del arroz que acabo de preparar y
de unos pastelitos de jamón y queso para la merienda de mi hija.
Suena Niña Pastori que me canta "Pájaros de barro".
A mi lado, una hoja de papel, se va llenando de versos que surgen del sueño de un abrazo tan tierno que no puedo desprenderme de él...
***
Sigo cosida al momento de nuestro despertar.
De repente te encuentro
con tu mano en mi cadera
mientras susurras mi nombre.
Llegas sigiloso y dulce
hasta la frontera de mi sueño
y me renaces a la luz y a la sonrisa.
Somos uno entrelazados
con arañazos del sol que se cuela
mientras alborea sin prisa.
¿Dónde quedó la pasión y la premura
del abrazo impaciente de anoche?
¿Se ha dormido entre tu piel y mi boca?
Y descubro
- feliz y asombrada -
tu inesperada ternura.
Muy bonito.
ResponderEliminarUn beso.
Muy dulces tus letras. Vuelan los sentidos.
ResponderEliminarUn placer leerte.
Saludos.
Que delicadeza de poema, e toda essa descrição de vida!
ResponderEliminar*Chuva, janela, arroz, pasteis, filha, música, papel, poema... VIDA, amo isso!
Abraço meu
MK
oole....divino.... dulce.... precioso...
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