En la extenuación de la tarde
se duermen los mirlos.
Llega hambriento el silencio
para devorar sus trinos.
Se alarga y me alcanza
la sombra del tilo.
Hoy ya no vendrás
… se extiende el frío.
se duermen los mirlos.
Llega hambriento el silencio
para devorar sus trinos.
Se alarga y me alcanza
la sombra del tilo.
Hoy ya no vendrás
… se extiende el frío.
Cuando la espera se queda desierta se extiende el frío, así es...
ResponderEliminarPrecioso en su brevedad y su sencillez.
Besos, un puñado grande.
La sombra generosa nos esconde el hecho de que no hay sol. Un gran beso.
ResponderEliminarMi querida Paloma...sabemos mucho de esperas. Pero también de encuentros.
ResponderEliminarGracias por tus siempre amables palabras.
Besossssssssssssss
Gracias por tu huella en mi senda, Ignacio.
ResponderEliminarBienvenido siempre.