Me conformé con chapotear en la orilla
dejando que las olas lamieran mis pies.
La caricia suave del mar en mi piel.
Me conformé con acercarme a la hoguera
para sentir la tibieza de las brasas
mientras el humo nublaba mi mente.
Me conformé con la brisa tranquila
y sosegada de los meses de verano
que apenas se enredaba en mi cabello.
Me conformé con tumbarme en la tierra
y germinar como ella y dar frutos dulces.
Y brotar mis retoños y hacerme eterna.
Me conformé.
Pero el mar se hizo bravo
e invadió la playa.
Las llamas incendiaron el alma.
Y el viento arrastró las cenizas
y enterraron los muertos en la tierra.
Ya no me conformo.
Bella metáfora la que se extiende en tus versos en la pasividad de mirar al mar desde casi la resignación, para hacer evidente la necesidad de sumergirse en él y sentirlo más allá de los ojos.
ResponderEliminar¡¡Es precioso Ame!!
Besazo.
MI LINDA AME...DULCE VERSO COMO TU DULCE ALMA¡¡...NUNCA TE CONFOrMES¡¡¡
ResponderEliminarA vé niña jazmín, que quería pasar a contarte y se me olvida (despiste total). Yo no conozco otra forma de contestar que escribiendo tú misma un comentario, así lo hago yo y así lo veo en los blogs que visito, la única diferencia es que algunos te avisan por correo, pero no me digas cómo.
ResponderEliminarBesos y besos.
Tal vez en algunas ocasiones no hay otra opcion que conformse. Y morir a fuego lento...
ResponderEliminarPero tu poema, Ame, es precioso, lleno voluntad y de esperanza.
Un beso JM.