Me despierta la noche
con losas en el pecho.
Estáis ahí aguardando
a que mis ojos se acostumbren
a la penumbra.
Sois los innombrables,
los proscritos de la luz
y os difumináis cada vez
que amanece.
He aprendido a entreveros,
escondidos en la bruma
del medio sueño.
A veces os atrapo
- arena entre los dedos –
apenas un instante
antes de despertar.
Me has impresionado con este poema tan excepcional.
ResponderEliminarEsos seres son de aire y no tienes que temerles. Sólo tienes que aullentarlos con un leve movimiento de tus manos y desaprecerán para siempre.
Te dejo un abrazo, Amelia, y mis deseos de que tengas un domingo hermoso junto a todos tus seres más amados.
Ian.
Me paso a saludarte, prefiero los techos de madera,las lozas son muy frías.
ResponderEliminarabrazos.
Juego de palabras... frescas, naturales... de alguien que quiere compartirlas con quien aparezca por aquí en esta última noche de vacaciones de Semana Santa... yo mismo Ame, desde Coruña.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo amiga.
Arena entre los dedos, apenas un instante. Conozco esas losas.
ResponderEliminarUn abrazo
Las losas de la angustia y la arena entre los dedos...
ResponderEliminarComo los sueños, a esos no hay quien los atrape, no hay quien los encarcele.
Un abrazo Amelia.
Hay sombras que nos persiguen toda la vida, sin embargo, las losas con el tiempo las podemos levantar y partir. Un abrazo.
ResponderEliminarAplausos de pie ante tu poesía amiga..
ResponderEliminarExcelente..
Que la semana sea de éxitos, suerte en todo, mis mejores deseos, con el respeto y la admiración de siempre..
Un abrazo
Saludos fraternos..
Losas, en el pecho al despertar sobre los ojos, quien lo diria, una palabra que da origen a un poema compuesto por asamblea de palabras,
ResponderEliminartu tecnica, a alguien dará que pensar...
Feliz semana.
Besos
Ángel.
A veces, amiga, pesan demasiado en esas noches que se hacen eternas.
ResponderEliminarMe gustó la concisión y el desarrollo del poema, Amelia.
Besos.
Ahí están, en algún lugar, agazapados entre las sombras, acechando el sueño y la vigilia... Pero, sin ellos(as) no hubiéramos tenido este estupendo poema. Un abrazo.
ResponderEliminarNo hay bruma que te oculte, ni tiempo que haga olvidarte, ni ente que ocupe tu espacio...
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