I
De repente me sorprendo
oprimiendo las nostalgias,
transpirando soledades
de insomnio en tu mirada.
Mi cuerpo transita extraño,
veleidoso y mi alma
quiere gritar los verbos
que mis labios amordazan.
Ventanas de brillos verdes,
grillos que rompen la calma.
Porque eres todo en la noche
cuando la noche no es nada.
Eres aire que no sopla.
Eres sopor que no embriaga.
Vives ausente y perenne
en mi larga madrugada.
Y sigo mirando la luz
de aquella estrella apagada.
II
Mientras mi cuerpo angustia,
reclama, añora y recela …
Mientras la luna oculta
el titilar de las estrellas…
Mientras lágrimas amotinadas
izan bandera negra…
Mientras cauterizo heridas
con silencios que me queman…
… medito:
¿para qué escribir añoranzas
que tan magistralmente
ya se han descrito?
III
CUERPO DOCENTE
Mario Benedetti
Bien sabía él que la iba a echar de menos
pero no hasta qué punto iba a sentirse deshabitado
no ya como un veterano de la nostalgia
sino como un mero aprendiz de la soledad
es claro que la civilizada preventiva cordura
todo lo entiende y sabe que un holocausto
puede ser ardua pero real prueba de amor
si no hay permiso para lo imposible
en cambio al cuerpo
como no es razonable sino delirante
al pobrecito cuerpo
que no es circunspecto sino imprudente
no le van ni le vienen esos vaivenes
no le importa lo meritorio de su tristeza
sino sencillamente su tristeza
al despoblado desértico desvalido cuerpo
le importa el cuerpo ausente o sea le importa
el despoblado desértico desvalido cuerpo ausente
y si bien el recuerdo enumera con fidelidad
los datos más recientes o más nobles
no por eso los suple o los reemplaza
más bien le nutre el desconsuelo
bien sabía él que la iba a echar de menos
lo que no sabía era hasta qué punto
su propio cuerpo iba a renegar de la cordura
y sin embargo cuando fue capaz
de entender esa dulce blasfemia
supo también que su cuerpo era
su único y genuino portavoz.
pero no hasta qué punto iba a sentirse deshabitado
no ya como un veterano de la nostalgia
sino como un mero aprendiz de la soledad
es claro que la civilizada preventiva cordura
todo lo entiende y sabe que un holocausto
puede ser ardua pero real prueba de amor
si no hay permiso para lo imposible
en cambio al cuerpo
como no es razonable sino delirante
al pobrecito cuerpo
que no es circunspecto sino imprudente
no le van ni le vienen esos vaivenes
no le importa lo meritorio de su tristeza
sino sencillamente su tristeza
al despoblado desértico desvalido cuerpo
le importa el cuerpo ausente o sea le importa
el despoblado desértico desvalido cuerpo ausente
y si bien el recuerdo enumera con fidelidad
los datos más recientes o más nobles
no por eso los suple o los reemplaza
más bien le nutre el desconsuelo
bien sabía él que la iba a echar de menos
lo que no sabía era hasta qué punto
su propio cuerpo iba a renegar de la cordura
y sin embargo cuando fue capaz
de entender esa dulce blasfemia
supo también que su cuerpo era
su único y genuino portavoz.
Sentido y bello...
ResponderEliminarErnesto.
Así somos, Amelia. Nos cuesta olvidar porque lo damos todo cuando amamos.
ResponderEliminarUn beso ENORME.
Pero ¿realmente se puede amar de otra manera que desde una entrega total? y después del amor ¿cómo matar aquello que aún grita?
ResponderEliminarPreciosa composición.
Abrazos.
nADA sE oLVIDA. tODO pERMANECE cómo la música siempre en lo más profundo de nuestra piel que echa de menos rasguños y estremecimientos.
ResponderEliminarNADA SE OLVIDA, TODO PERMANECE pero no por eso vamos a morir..no ni siquiera a llorar un poquito, estamos harrrrrrrrtosss de saber que no merece la pena.
Si no te entregas, no podrás decir jamás que has amado... Es así de simple. Ser vapuleado por los avatares del amor y de la vida es parte de amar y de estar vivos. Si no, somos como las piedras, testigos mudos e impasibles del esplendor de las primaveras y de la furia de las tormentas. Bellísimo, Amelia y con tu sello único. Besos.
ResponderEliminarEscribir añoranzas sirve para que no nos duelan tanto.
ResponderEliminarEscribir es airear el alma.
Y darse un respiro.
Además, tú escribes magistralmente.
No es un halago.
Besos.
Sólo la poesía puede hacer brillar una estrella apagada y cada añoranza es distinta cuando se escribe un poema nuevo y profundo. Y tus palabras son muy profundas.
ResponderEliminarBesos