Ira
que sube de hiel y de fuego,
de volcanes que vomitan cenizas
y nubes grises en el cielo.
Silencio.
No se oye ni el trino de los jilgueros.
Creo que me he confundido de hemisferio.
Parece que llega el invierno.
Pecados:
todos los cometidos,
de vuelta al infierno.
¿He dicho frío?
Ya no lo tengo.
Me arde la sangre
y el vientre por dentro.
Ya no lloro por los muertos.
Han arrancado todos mis pétalos
pero vuelan con el viento.
Con el aire enrarecido en que se viven los adioses, te ofrezco dos brazos ( cortos y fuertes) para esperar juntas que pase esa lluvia de cenizas.
ResponderEliminarEstamos aquí...(L)
guauuuuuuuuuuuu, bellezas sólo en este espacio, tú también.
ResponderEliminarbesos
Te abrazo muy fuerte, en silencio.
ResponderEliminarBesos
Si el dolor del corazón se calmara con el vomito de la ira...si el dolor se suspendiera en el vacio y dejara de doler el ama.. si pensar en los porques...dieran soluciónes...
ResponderEliminarvomita tu ira mujer, vomítala...para que deje de arderte la sangre y el vientre. Si arrancaron todos tu pétalos...ten por seguro Ame que volveran a ver flores en tus dias y serán flores que oleran a amor y ademas será amor del bueno.
mi corazón y mi cariño están contigo.
Paco
Que intenso, me gusta, tiene la fuerza de las emociones y la belleza de la honestidad...
ResponderEliminarAplausos y abrazos.
Ro
Ese silencio hiela la sangre y es desgarrador. Parece un punto sin retorno, pero nunca se sabe...
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Me ha encantado por la fuerza que desprenden tus versos.
ResponderEliminarUn beso.
¡ Qué fuerza mujer ! Me has dejado sín palabras, precioso escrito.
ResponderEliminarUn beso.